Hubo un tiempo en el que soñar era una cosa del día a día. En el que levantarse a vivir aventuras, era el constante devenir. En el que sonreír era desear ser grande y cumplir los sueños.
Hubo un tiempo en el que la esencia estaba a flor de piel, en el que una bolsa de caramelos era un gran tesoro, y mis amigos eran aquellos que me prestaban sus juguetes, y compartían las tardes conmigo. Hubo ese tiempo, en el que subirme a la rama mas alta, del árbol mas grande, era el desafío del día, la tarea a cumplir, y las caídas no hacían otra cosa que darme voluntad, mas energía, y a pesar de las heridas, de las rodillas lastimadas, el premio era llegar y a veces cantarle un lero lero a todos los cobardes que seguían en el suelo.
En aquellos momentos no imaginaba lo que era realmente ser grande. En aquel tiempo, solamente me dejaba fluir, no había un mañana, sólo existía el HOY.
En aquellos tiempos se solucionaban las heridas muy fácilmente, con un sana-sana se olvidaban los raspones, y con un nuevo amor, las penas del corazón.
En aquellos tiempos, la inocencia me cubría en toda mi extensión, y me dejaba ser libre, me dejaba fluir, me dejaba equivocarme, borrar con la goma los errores a lápiz.
Hoy he tenido un cruce con mi niño interior. Me reclamó las tardes de juego, las noches de sueño, los fines de semana en la naturaleza. Me hizo un berrinche porque no sonreí lo suficiente, no amé lo suficiente, porque casi no miro la rama mas alta, por que me deje asustar por la altura de mi árbol. Por la lejanía de esa rama, por el desinterés programado, por el miedo a que la rama sea muy débil y se quiebre.
Hoy mi niño interior jugó conmigo, me habló el Lenguaje Universal, y me dijo que no me rinda, que no me deje vencer, por los monstruos del ropero, por los miedos a caerme, por el temor a treparme y salir victorioso.
Me dijo que mi bolsa de caramelos, está tan cerca, y es tan simple que me niego a verla, porque no quiero desprenderme de las monedas que tendré que dar a cambio.
Me dejo en claro que me alejaré de la gente, pero ellos seguirán en la tierra, y que yo veré desde arriba, como es el viento en donde quiero estar, como es el sol entre las ramas, como son los techos de los edificios.
Me habló desde lo profundo, y me desafió a seguir detrás de lo que mi corazón me dicte. Porque los sueños no son débiles, y seguirán mas dormidos o mas despiertos, para siempre conmigo.
Y me dijo: "Siempre habrá quien te siga, y quien vaya a tu lado, porque el coraje de uno, es el coraje de todos.
Porque todos somos escritura de la misma mano.
Seguí tus sueños"
Y se fue, cantando a los saltos, como siempre fui.
Como siempre soy.
Como siempre seré.....

me encantó Javi!!!!!
ResponderEliminarde verdad que me robó sonrisas, me llevó a pensar muchas cosas, y me enredé en recuerdos...
Me encanta mucho como escribes... "Once upon a time..." me gusto especialmente.
ResponderEliminarSaludos,
Roberto